Cómo superar una ruptura
Hombres y mujeres se enamoran igual y sufren de la misma forma en una ruptura amorosa. En casi todos los casos, el desamor lleva aparejado momentos de tristeza, desesperación, impotencia, angustia. La sensación de que el mundo se acaba cuando nos deja la persona en la que hemos puesto tantas expectativas y sueños provoca la aparición de dolor, miedos, inseguridades, decepciones, resentimientos. También son comunes los síntomas depresivos y ansiosos.
Cada proceso de separación puede ser diferente según cómo se ha producido la misma. A veces el origen de esa ruptura está en una traición, otras en percibir que hay más diferencias que valores en común. A menudo, es el simple desamor o una suma encadenada de decepciones. La misma separación puede tener significados diversos para cada miembro de la pareja. Puede ser vivida como un fracaso, como la pérdida de esperanzas, de expectativas y de un ideal, también en algunos casos como una liberación. En la persona que sigue queriendo a otra, restituir el desgarro provocado por la carencia afectiva y superar los sentimientos de tristeza y de añoranza de la persona amada es una situación difícil y el dolor puede ser muy profundo.
El malestar que causa una ruptura no es proporcional a los años de relación, sino que tiene ver con otros factores como la edad de la persona que lo sufre, el momento y el contexto en el que sucede. Sin embargo, toda separación conlleva una pérdida y una crisis vital. Porque no es solo romper el vínculo con la pareja, sino que en la mayoría de las situaciones también afecta a diversos ámbitos y factores clave de nuestra vida: ocio, sexo, relaciones sociales, bienestar material…
La mayor parte de las parejas que se separan viven un proceso de duelo. En la situación de crisis personal de una ruptura se identifican cinco fases diferentes:
· Una primera fase de negación, de no aceptación del final de la relación, donde todavía se tienen esperanzas de poder recuperar a la persona.
· Después sucede un periodo de enfado, rabia e ira, donde se buscan las razones de lo ocurrido, tanto en uno mismo (qué habré hecho mal) como en la otra persona.
· Sobreviene a continuación una fase de negociación, en la cual se inicia la búsqueda de soluciones.
· La cuarta fase es un tiempo donde se experimentan fuertes sentimientos de dolor, desesperación y tristeza que se acompaña en muchos casos de un sentimiento de soledad, en la que el llanto y la depresión nos invade.
· Finalmente, viene la fase de aceptación, en la cual se asume lo que ha pasado.
Superar una separación es un proceso difícil. Los síntomas emocionales vuelven a la normalidad pasado un tiempo que en cada persona es siempre diferente, aunque pueden durar desde tres meses hasta dos años.
La forma de afrontar la ruptura será determinante para pasar página sin dejar que lo sucedido bloquee nuestra vida. La clave está en aceptar la situación, reconocer que la historia ha terminado y saber ponerle el punto final.
Qué se debería hacer:
· Asumir que la relación ha finalizado.
· No permitirse una falta de control en las emociones que nos lleve a realizar llamadas fuera de lugar a la expareja, envío de mensajes, súplicas de amor o de reconciliación, llantos desconsolados.
· Reprimir los pensamientos incesantes en torno a la expareja.
· Apoyarse en la gente querida, pero evitando las conversaciones reiterativas alrededor de la ruptura.
· No instalarse en un duelo permanente, dejando pasar los días, las semanas y la vida hasta que la curación llegue por sí misma.
· No culparse por lo sucedido.
· Permitirse olvidar, evitando vernos obligados a ser prisioneros de nuestra historia.
· Pensar más en el propio bienestar que en el malestar ajeno. Hacer reproches a la otra persona y dejarse consumir por el odio, la rabia y las ganas de venganza no nos sanará.
Debemos ser conscientes de que el tiempo por sí mismo ni sana ni borra recuerdos. Es importante poner de nuestra parte para que el dolor desaparezca cuanto antes. A pesar del sufrimiento, debemos seguir activos, hacer cosas, no quedarse viendo pasar la vida. Y si es necesario, pedir ayuda profesional.
Ana Hurtado de Mendoza, psicóloga en León, te ayudará a superar los problemas emocionales asociados a una ruptura de pareja. Contáctanos para saber más.