La ley del martillo
Las personas nos enfrentamos con problemas a diario, algunos, obviamente, más graves y complejos que otros. También los demás seres vivos están permanentemente implicados en la búsqueda de soluciones a los diversos problemas que se les plantean.
Muchos animales resuelven rutinariamente las situaciones de búsqueda de alimento o de refugio a través de prueba y error. Algunas especies también han demostrado habilidades de resolución de problemas más complejos, incluida la discriminación de estímulos o el aprendizaje de reglas. Los seres humanos nos servimos de la cognición, esto es, del conjunto de actividades por las cuales la información es tratada por el aparato psíquico: recepción, selección, organización, transformación y elaboración.
Ahora bien, ante dificultades y obstáculos diversos, en ocasiones manifestamos una actitud restrictiva que nos lleva a utilizar la misma estrategia o hacer uso de las mismas herramientas con independencia de la naturaleza del problema. Es lo que se conoce como la Ley del Martillo, que responde a lo que se podría definir como una forma de instrumentalismo de mente estrecha: «cuando la única herramienta que tienes es un martillo, todo problema comienza a parecerse a un clavo».
El concepto tiene relación con «La ley del instrumento», formulada por el estudioso de las ciencias del comportamiento Abraham Kaplan: «Si le das a un niño un martillo, le parecerá que todo lo que encuentra necesita un golpe». La misma idea aparece en The Psychology of Science de Abraham Maslow, en lo que se conoce como Martillo de Maslow: «Si sólo tienes un martillo, todo parece un clavo».
La metáfora del martillo y el clavo se refiere, por lo tanto, a que, si tu única herramienta es un martillo, tendrás la tentación de usarlo para todos los problemas, incluso cuando no sea el instrumento más adecuado. Y es que en no pocas ocasiones percibimos cualquier problema a través de los esquemas conceptuales que nos son familiares, y por lo tanto, de una forma sesgada, limitada o parcial, lo que nos lleva a poner en práctica estrategias de abordaje inadecuadas, o lo que es igual, usar una misma herramienta para todo.
Es probable que el martillo haya sido una de las primeras herramientas que el hombre ha inventado y ha usado a través de los tiempos. Pero, aunque es muy útil para percutir, romper o clavar; en cambio, nos es inservible para otros propósitos que no estén relacionados con lo anterior.
El problem solving es el proceso mediante el cual se identifica y resuelve un problema. Es una habilidad necesaria puesto que diariamente debemos tomar decisiones relacionadas con nuestros intereses personales o nos vemos involucrados en situaciones en las que tenemos que abordar un problema o una situación de conflicto:
- Tomar una decisión sobre una nueva oportunidad laboral.
- Manejar conflictos en una relación afectiva.
- Encontrar un equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo dedicado a la familia y amigos.
- Afrontar una decisión financiera importante.
En estos casos, es importante identificar claramente el problema, recopilar información, generar alternativas y elegir la mejor opción. También es importante evaluar los resultados y hacer ajustes si es necesario. Al mismo tiempo, en la resolución de problemas debemos tener en cuenta nuestros valores y objetivos a largo plazo, procurar que las decisiones que tomamos estén en consonancia con ellos, y considerar las perspectivas y necesidades de las demás personas involucradas.