Mindfulness: ¿Qué es?
Médicos, psicólogos, psiquiatras, coachs, consultores, comunicadores y propagadores de tendencias sociales se sirven a diario del término. Y aunque todos estamos de algún modo familiarizados con él, existe también cierto desconocimiento de qué es exactamente mindfulness: una filosofía, una técnica meditativa, un método de relajación, una terapia…
Mindfulness es una palabra inglesa que no tiene una voz correspondiente en español. Algunos autores la traducen como “conciencia plena” y otros como “atención plena,” si bien se ha generalizado el uso del término sin traducción.
El concepto de mindfulness se podría definir de una forma sencilla como un estado de atención plena. Según Jon Kabat-Zinn, que fue el impulsor del movimiento terapéutico actual del mindfulness, es «el acto de focalizar la atención de forma intencionada en el momento presente con aceptación», o más resumidamente, «prestar una atención deliberada y sin juicio al momento presente». Para el catedrático de psicología Miguel Ángel Vallejo Pareja, «el mindfulness puede entenderse como atención y conciencia plena, como presencia atenta y reflexiva a lo que sucede en el momento actual».
La atención plena o atención al momento presente es un modo de conciencia que aparece cuando la atención se auto-regula. Los profesores María Antonia Pérez y Luis Botella, de la Universidad Ramón Lull de Barcelona, expresan que «consiste en centrarse en el momento presente, en lugar de estar pendiente del pasado (rumiaciones) o del futuro (expectativas, temores y deseos)»
El mindfulness hunde sus raíces en las prácticas orientales de meditación y concretamente en el budismo Zen. Esas prácticas, cultivadas desde hace siglos en las tradiciones contemplativas orientales, serán conceptualizadas como habilidades psicológicas e incorporadas a la teoría, la práctica y la investigación de diversas disciplinas, principalmente en el ámbito de la psicología de la salud, la psicoterapia y las neurociencias.
El psiquiatra y catedrático de Psicobiología de la Universidad de Valencia Vicente Simón explica a este respecto que el mindfulness «no es un descubrimiento moderno (…) En realidad, mindfulness es algo que todos nosotros hemos experimentado en numerosas ocasiones de nuestra vida cotidiana. Cuando somos conscientes de lo que estamos haciendo, pensando o sintiendo, estamos practicando mindfulness».
El Dr. Santiago Segovia, doctor en Psicología por la UAM y catedrático de Psicobiología, explica de una forma sencilla en qué consiste su práctica: «En lo visto, solo lo visto; en lo oído, solo lo oído; en lo gustado, solo lo gustado; en lo olido, solo lo olido; en lo sentido, solo lo sentido y en lo conocido, solo lo conocido». Este mismo experto señala: «El equilibrio atencional es un factor relevante, pues nos permite vivir nuestros pensamientos, motivaciones y afectos conscientemente y autorregularlos, a fin de que nos ayuden a vivir en el bienestar psicológico».
La figura de referencia en esa incorporación de los planteamientos budistas a la psicoterapia fue el biólogo molecular y profesor de medicina de la Universidad de Massachussets John Kabat-Zinn, quien entre los años 1979 – 1990 desarrolla la técnica de Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena (REBAB). Sus estudios sobre el zen y el yoga por una parte, y las enseñanzas adquiridas más tarde con diversos maestros budistas, lo condujeron a integrar partes de esos conocimientos con los de la medicina occidental, introduciendo la atención plena en el contexto hospitalario para el tratamiento del dolor y el estrés asociado a las enfermedades crónicas.
Beneficios de la práctica del mindfulness
Durante las últimas décadas, el empleo de las técnicas de la atención plena se ha ido extendiendo en los tratamientos psicológicos de diversos trastornos mentales (ansiedad, depresión, estrés, etc.) y de problemas de salud, además de estar presente de forma muy generalizada en la mayoría de los programas de búsqueda del bienestar.
La extraordinaria difusión del mindfulness se debe –entre otras razones– a las bases científicas en que se fundamenta, lejos de connotaciones esotéricas o espirituales, así como a la facilidad para incorporar el mindfulness a la rutina de la vida diaria.
La eficacia del mindfulness ha quedado ampliamente demostrada a través numerosos estudios científicos realizados en los últimos años. A este respecto, el Dr. Santiago Segovia señala: «Las áreas psicopatológicas sobre las que la práctica de mindfulness incidiría beneficiosamente, serían en los trastornos de ansiedad (sobre todo de manera preventiva), del estado de ánimo, sentido de la vida, dependencia y autonomía, autoestima, déficit de memoria (especialmente memoria a corto plazo, que es la que está inicialmente alterada en los pacientes de alzhéimer). También hay una base teórica para pensar que pudiera ser preventiva o coadyuvante en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo, párkinson), principalmente al inicio de las mismas, aunque sobre esto no hay evidencia científica».
La práctica de mindfulness se relaciona asimismo con diversas variables de bienestar personal: Aumento de los niveles de afecto positivo, reducción del sufrimiento (dolor físico y dolor emocional), desarrollo de la autoconciencia y la inteligencia emocional, estados de ánimo tranquilo y positivo, estímulo de la empatía o mayor satisfacción en las relaciones de pareja, entre otras. También se han descrito ampliamente beneficios relacionados con la mejora en la calidad del sueño e incremento de la memoria y la concentración.
El Dr. Santiago Segovia concluye: «La terapia de mindfulness nos aporta serenidad, lucidez y ecuanimidad y constituye un camino, así como un estilo de vida, para el desarrollo de nuestra felicidad».